La batalla cultural no es un frente de guerra horrible y cruel en el que se imponen las estampas más dantescas y por el que fluyen ríos de sangre y fuego; los términos de esta batalla son más oníricos y imaginativos, es una batalla en la que no triunfan los soldados con sus tanques, sus acorazados y sus misiles tierra aire sino los que luchan a capa, pluma y espada como lo hacía Oscar Wilde, enalteciendo con su sola presencia, y también con sus letras, la belleza de lo bello y de lo bueno, de lo que merece la pena conservar y crear, cayendo a veces en el campo de batalla, como cayó el propio Wilde, pero dejando una impronta en el mundo que va más allá de su arte y se convierte en píldoras de sabiduría.
Decía Oscar Wilde que la moda no es más que una forma de fealdad tan absolutamente insoportable que debemos modificarla cada seis meses; decía también que si el buen vestir estuviese basado en el arte y no en la moda no había necesidad de esta constante evolución de un horror a otro y completaba su diatriba sobre los errores y horrores de la moda afirmando que la moda nos pide que vistamos todos exactamente de la misma manera mientras maquina una nueva maldad…
¿Y a santo de qué hablamos de la batalla cultural y recordamos a Oscar Wilde para presentar una colección de pijamas? A santo de su artística belleza: Olivia von Halle ha creado su firma sobre las ideas acerca de la moda de Oscar Wilde, aunque probablemente ni ella misma lo sepa, lo hizo porque estaba harta de buscar pijamas y prendas de loungewear y encontrarse cosas horribles y terriblemente incómodas, la antítesis misma de lo bello y lo útil.
Al crear su propia firma hizo lo que pedía Wilde: olvidar la moda y enaltecer el arte, hacer del vestido algo cómodo y bello y enamorarnos así colección a colección con prendas que ni están ni dejan de estar de moda, son eternas y deliciosas… son la esencia misma de Olivia von Halle tanto si hablamos de sus pijamas como si lo hacemos de sus kimonos o camisones, es belleza.
